Con carácter previo a la implantación en cada sede, debe tener lugar el programa formativo tanto en el aspecto tecnológico -que corre a cargo de Ministerio y las CCAA con competencias en materia de Justicia, en sus respectivos ámbitos-, como en el aspecto procedimental, que está a cargo del propio Ministerio. Del mismo modo, se establecerá también lo que el Ministerio denomina “pilotaje”, para que los funcionarios puedan realizar casos prácticos antes de iniciar el uso real de la aplicación.
Actualmente, el nuevo modelo está ya implantado en Madrid y Barcelona, y la experiencia con la aplicación DICIREG es todo menos buena. Es un programa extremadamente lento y rígido, con pocas utilidades, que genera constantes problemas en la cumplimentación de datos en las inscripciones, disfunciones en las comunicaciones desde hospitales, y que además es incompatible con el sistema INFOREG, lo que impide cruzar datos de uno y otro sistema, así como obtener certificaciones desde oficinas que no tengan aún la nueva aplicación informática. Estas y otras muchas disfunciones están provocando grandes retrasos que perjudican al servicio público y que hacen perder la paciencia de los funcionarios usuarios del nuevo sistema. Por ello es prioritario que el Ministerio paralice la implantación hasta que todos esos problemas queden solventados definitivamente.